
O de lo que hay que hacer mientras queden clásicos que «leer».

O de lo que hay que hacer mientras queden clásicos que «leer».

O de Ceferino Carrión, un santanderino que hizo las Americas a lo grande.

O de la nueva estrella michelín sevillana, a los pies de la Giralda, para más señas.

O de un cocinero que se come los placeres a bocados y los disgustos a patadas.

O de un imponente hotel mitad cemento mitad garras de metal.

O de una rareza bien suculenta, que lo mismo sirve para un roto que para un descosido.

O de una honrada casa de comidas que todo el mundo conoce.

O de un apunte escrito por Lorentzo a propósito de un obsesivo compulsivo.
