
O de un asador en un particular Llobregat.

O de un asador en un particular Llobregat.

O de que antes de decir «adiós mundo cruel», es obligado morirse de gusto.

O de un lugar con mucha clase, sin cartas misteriosas ni sobres sorpresas, sólo cocina en estado puro.

Apostamos que a Jake La Motta también le volvería majara.

O de un asador ilustrado con pura esencia riojana.

O de un asador meca de “gourmets” nacionales y extranjeros al que acude gente principal.

O del jarrete de ternera más atómico que hemos probado en tiempos.

O del lugar donde la única religión que vale es la del fervor en los platos.
