O del hijo de Isabel Ayerra, un periodista bravo que va al curro en Tupolev 154.
O del hijo de Isabel Ayerra, un periodista bravo que va al curro en Tupolev 154.
O de una psicóloga que ejerce de periodista malabarista.
O de un tipo que adora el vino con el corazón, el páncreas y el pulmón.
O de los placeres express de un maestro de la vida, senador plenipotenciario de la música.
O de los placeres de un joven granaíno que cámara en ristre corta el mar como un velero.
O de los placeres de un galego más galego que un lacón con grelos, la lamprea y el pazo de Mariñán.
O los mismísimos placeres de un periodista al que su oficio le corre por las venas.
O de los placeres de un monstruo que sueña imágenes y las transforma en esculturas.