
O de una carta llena de antojos mondos y lirondos.

O de una carta llena de antojos mondos y lirondos.

O de perseguir un sueño y emperrarse como un mulo hasta conseguirlo.

O de unos sabios «obreros» de los fogones.

O de un chef de bandera, enamorado hasta el tuétano de la mejor comida japo.

O del nuevo Yuste del siglo XXI, fuente de todo tipo de goces terrenales.

O de un imperio renovado que da de comer y beber con el mayor de los desparpajos posibles.

O de un chef de raza, único en su especie, ¡hueso duro de roer!

O de otro apunte escrito por el gran Pol-al-pil-pil a propósito de comer sano.
