O de un restaurante con duende.
29 de octubre, 2012, 08:00
O de un restaurante con duende.
O de un restaurante para peregrinar con el babero puesto.
O de un lugar donde el hombre se siente feliz.
O de un restaurante en el que estarán en el séptimo cielo.
O de un restaurante con una gastronomía totalmente renovada y auténtica.
O de una tienda tremendamente deliciosa, repleta de una lista de perdiciones sinfín.
O de unos sabios «obreros» de los fogones.