O de una casa fina como el champagne de marca.
15 de septiembre, 2014, 08:00
O de una casa fina como el champagne de marca.
O de una fabada pelotuda.
O de un vino curioso.
O de una mantequilla que es puro néctar.
O de un restaurante de romper la pana.
O de latas pecaminosas que en los tiempos que corren se convierten en anatema.
O de un matrimonio fetén: leche + bacterias.