O de un tipo que es como el mismísimo Challenger pero con destino feliz.
O de un tipo que es como el mismísimo Challenger pero con destino feliz.
O de un tecno-periodista pseudo-hindú que desconfía de los cocineros y excocineros que escriben.
O de un escritor admirado que es dueño de un circo literario con leones y todos los enanos.
O de las respuestas de una típica «consumidora pro nobis», sin pecado concebida.
O de un tipo que escribe como «El Fundi» coloca banderillas, con cojones y un palo mirando a Cuenca.
O de una escritora francesa que ofrece libros desgarrados, tejidos con humor y sarcasmo.
O de un escritor que tiene fama de guardar en el cajón originales que entusiasman a sus editores.
O de todo un señor que comanda uno de los mejores locales que uno conoce.