O de un tecno-periodista pseudo-hindú que desconfía de los cocineros y excocineros que escriben.
Es redactor jefe de El Periódico de Catalunya y como la diosa Shiva dispone de tres ojos bien plantados sobre la frente, ocho brazos que le permiten ser columnista de contraportada y a la vez responsable de información gastronómica en su diario.
Le dieron el “Premio Nacional de Gastronomía” y el “Juan Mari Arzak” que recogió con ganas, es miembro del jurado inglés que elige los mejores restaurantes del mundo, tiene tiempo para ofrecer charlas curradas en congresos gastronómicos y colabora con la revista “Vino y gastronomía”. Ha escrito siete libros con siete de sus ocho brazos, “Los genios del fuego” o “El topo a la luz del día” y con el que aún le queda libre, redacta las mejores y más lúcidas crónicas de restaurantes que uno pueda imaginar, no puede decirse más con menos texto, ¡vaya huevos!
¿Un placer compartido?
Una cerveza con cuerpo, un cuerpo rubio y nada cervecero, un cuerpo a cuerpo, y unas anchoas.
¿Un placer de tu niñez?
Entrar en casa los miércoles con la ilusión de que comería arroz al horno.
¿Un olor placentero?
El del cabello de mis hijos.
¿Un placer egoísta?
Ejem, ¿de qué estamos hablando? ¡Que hay menores mirando!
¿Un placer para tu oído?
Alguien que susurra. Pero no a los caballos.
¿Un placer para tus ojos?
Sardinas restallantes recién pescadas.
¿Un placer carnal?
Soy más de chuletitas que de entrecot. ¿Se entiende?
¿Un placer desconocido?
Rascarte tú mismo la última costilla pero por la espalda.
¿Un placer del gusto?
Pan y aceite. Elemental.
¿Un placer anacrónico?
Caviar. ¿Aún existe el caviar?
¿Un placer que no cueste dinero?
Me invitaron a ver a U2. Comí el peor frankfurt de mi vida. Me parece que el que actuaba se llama Bono.
¿Un placer del que avergonzarte?
¿Te he hablado de mi dedo, de mi nariz y de cómo interrelacionan?
¿Un placer fuera de tu alcance?
Angelina Jolie.
¿Un placer irrenunciable?
La siesta sabatina y dominical, patrimonio de la Humanidad.
¿Un placer sobreestimado?
Si no eres un esquimal, el aire acondicionado.
¿Un placer golfo y confesable?
Sigo tomando (más bien poco) ginebra con Coca-cola, bebida postadolescente.
¿Quién es Pau Arenós?
Periodista y escritor, teórico de la cocina tecnoemocional (¿pero qué idiota se habrá inventado esa palabra tan fea?), tenía algún prestigio antes de especializarse en el rollete gastronómico. Escribe sus crónicas en El Periódico de Catalunya, da la brasa en la radio y de vez en cuando va por ahí conferenciando. Cree que el humor salvará el mundo o, al menos, hará más liviana su destrucción. Desconfía de los cocineros y excocineros que escriben. Algunos lo hace muy mal. También en la cocina.
Ay Pau!
Aburre un poco que cada vez que tienes ocasión te metas con el excocinero que escribe. De verdad, que alguien te afecte tanto es como para mirárselo.
Ahora si quieres cargas tintas contra los bloggers, que eso también te pone.
Hala, techno saludos con vocoder.
plas plas plas plas Garbancita!!(plas plas plas —> aplausos, no vaya a ser que alguien se crea que son galletas!!)
burrp! Que indigestión….
Si Arenós desconfía de los cocineros y excocineros que escriben, yo desconfío de alguien capaz de inventarse una palabra tan ridícula como tecno-emocional para definir a una cocina que siendo cierto que es técnica, sin embargo no emociona nada.
No os sentaría mal reíros de vosotros mismos. No hay que tomarse las cosas demasiado en serio porque dañan el estómago.
Claro Pau, hay que saber llevar las críticas con elegancia y sentido del humor. Pero ¿cuándo uno termina con el blog que edita, es porque los comentarios ajenos le provocan úlcera?
Nos vemos el lunes en The Best Dessert of Restaurant 2009, que eso si que va a estar divertido de narices :D
ufff, yo llevo riendome de mi mismo mucho tiempo xDD deja que me ria un poco de los demas xDD jajajaja
jesús, vaya tiroteo, amadeo! un poco de paz y más descojono, por dios! bastante razón lleva mister pau con sus desconfianzas, los excocineros y cocineros que escribimos somos lo puto-peor! un beso en los morros para todos!
Pau: el ejercicio de reirme de mí mismo lo practico a diario descojonándome cuando me afeito del que veo enfrente porque es inmaduro, ignorante y para colmo casi feliz. El estómago lo tengo ya lo tengo jodido por la zampa y el morapio, pero sigo a lo mío porque me enloquece.
Como siempre, David es el puto amo y zanja la cuestión de un sopetón. Reverencias.
Pau, que conste que te leo y me encanta, aunque no comparta criterios.
Salud