Empecé mi dieta depurativa a finales de enero y echando la vista atrás se me hiela el cogote viendo las pedazo de botellas que me pimplé en los últimos meses.
No tengo ni pajolera idea de vinos y ni falta que hace, porque el asunto va de descorchar, de trincártelos y de gozarlos para que al convertirte en fiambre, el médico forense te practique la autopsia y alucine con la ficha técnica de tu hígado, ¡menuda calidad la de este muchacho!
Este vinazo se manufactura en tierra borgoña de andouilles grasas y rechonchas y de tarros de gres petados de mostaza y está rico de pelotas.
Si necesitan más datos técnicos sobre retrogustos y matices nasales, investiguen en internet o en algún portal de sabiondillos del vino, llenos de pitilinadas, puntuaciones y sesudas consideraciones. De nada.