Châteuneuf-du-Pape Domaine Mas Saint Louis 2015

Cuando agarras una botella y notas el tacto grabado de ese pedazo de escudo papal con las mismísimas llaves de San Pedro, sientes sobre la palma de tu mano el mismo dolor de espalda y de riñones que habrán padecido los campesinos con sus mulas y carretas para convertir hace la tira de años aquel territorio en un jardín de viñas.

Los curas son unos viciosos de campeonato y a ellos debemos la doma de un territorio a imagen y semejanza de la Borgoña, y para muestra este trago prodigioso manufacturado con garnacha y otras variedades como la mourvèdre y la cinsault.

Si necesitan más datos técnicos sobre retrogustos y matices nasales, investiguen en internet o en algún portal de sabiondillos del vino, llenos de pitilinadas, puntuaciones y sesudas consideraciones. De nada.

 

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