A estas alturas de la película no me voy a poner a hablar de Raúl Pérez ni a cantarles las bondades de la Mencía ni a glosarles las posibilidades del Bierzo ni todos esos clichés interpretados con bandurria de los que nos glosan las insospechadas posibilidades cósmicas y sensoriales de los vinos, ¡oh!, ¡ah!, ¡uh!, ¡retrogusto!, ¡ancho en boca!, ¡glicérico! Si necesitan beberlo más fresco, ¡métanlo en una cubitera!, y que dios guarde muchos años a mesié Pérez para que nos siga llenando las copas y facilitándonos las trompas con tragos tan pelotudos.
Si necesitan más datos técnicos sobre retrogustos y matices nasales, investiguen en internet o en algún portal de sabiondillos del vino, llenos de pitilinadas, puntuaciones y sesudas consideraciones. De nada.
Buen vino, pero en valtuille hay unas bodegas pequeñas inmensas. Si tienes oportunidad prueba matalospardos o la fontiña de nai de vinos LOF es puro espectáculo