La etiqueta de este vino es señorial y recuerda a las viejas botellas de Alion de Ribera del Duero o a mi me lo parece y cuando lo descorchas te sientes el Duque de Wellington escribiéndole una carta a Fernando VII para devolverle los cuadros que robó el pedorro de José Bonaparte, ¡qué simpático el asqueroso!
Está cocinado con Tempranillo, Graciano y Mazuelo de viñedos desperdigados por Elciego, Laguardia y VIllabuena, bastante cerca de los campos de batalla de los que salió por patas el hermano mayor del capullo de Napoleón.
Casa de perlas con una paloma guisada o un filete de hígado de ternera con muchísima cebolla pochada y patatas fritas.
Si necesitan más datos técnicos sobre retrogustos y matices nasales, investiguen en internet o en algún portal de sabiondillos del vino, llenos de pitilinadas, puntuaciones y sesudas consideraciones. De nada.