Cassoulet Barthouil

Les hablé una y mil veces de esta legendaria casa francesa que manufactura unas golosinas navideñas que se te salen los ojos de las cuencas. El gran Jacques es el patriarca ya jubilado de un establecimiento que heredó de su padre y abuelo y que él mismo confió a sus hijas para dar continuidad y más vida a su impecable obrador, al que siempre viajo una vez al año desde mi más tierna infancia.

Allí me llevó por primera vez Julián Armendáriz el “víbora”, mi grandísimo padre putativo, un jefazo con el morro bien fino que lo mismo sabe de aguardiente de pera que de pintura del XIX, de sardinillas en aceite de oliva, salchichón, anchoílla en salazón o de comic “underground” zaragozano y vallisoletano, ¡menéamela con la mano!

Para volver de los cerros de Úbeda les confesaré que además de las conservas clásicas de pato cebado, patés pecaminosos, terrinas cerdas, ahumados de bandera o taramas cremosas de pescado, esta catedral del vicio y del fornicio de Peyrehorade elabora una lamprea a la bordelesa de bandera y un guiso pelotudo de alubia tierna “mogette” con verdura, ala de pato confitada, pecho curado de cerdo y salchicha tolosana que te pone a punto la almorrana, ¡viva Angus Young!

www.barthouil.fr

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