Perrunillas de Pinofranqueado “La Enramá”

Cada vez que subo o bajo por la Vía de la Plata caminito de la playa es de obligado cumplimiento visitar a los cuñados en Villanueva de la Sierra y  vivir esos impagables días de asueto por la sierra norte de Cáceres, que es un pedazo de paraíso terrenal indescriptible.

Nada me gusta más que dar voltios con el auto por los pueblos de la comarca y parar en los bares de los cruces a echar un cafelito, fumar y charlar con los paisanos, preocupados por sus olivos y sus vacas, enredados en la faena diaria.

Robledillo de Gata, Pozuelo, Ovejuela o Caminomorisco son localidades llenas de tipos peculiares, corrales, pozas naturales y fauna y flora que termina irremediablemente en la cazuela gracias al currelo de sus gentes, atareadas en darle boleto a todo lo que se mueve en el campo o crece en la huerta.

Si paran en la plaza de Pino, desayunen en la churrería, tómense una cerveza fresca en el Hotel Castúo a la misma vera del río de los Ángeles y pregunten por Conchi, hija de Lola, una mujer de bandera recordada en la localidad por alegrarle la existencia a todo pichichi.

Sus dulces están de muerte, llevan raza, manteca y poderío así que échense al macuto un buen taco de cajas de perrunillas que se salen del mapa y manden a tomar por culo la dieta.

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