Chocolate “Pedro Mayo”

Mi madre cerraba con llave la despensa de casa para que no la fulmináramos y guardaba con celo las tabletas de chocolate en los lugares más dispares, pensando que las pondría a salvo por una temporada.

Yo me volvía loco y removía los trastos como un sabueso hasta localizarlas entre servilletas o en la caja de las medicinas, para calzarme unos bocatas de media barra que se cagaba la culebra. Me volvían loco unas tabletas rojas descomunales que comprábamos en Francia, que alternábamos con las de Pedro Mayo y las irunesas “La Campana” de Elgorriaga.

El de Mayo es teta de novicia y me encanta fundido para regar profiteroles de crema, bebértelo a gollete preparado en taza o a pelo, a calzón quitado y sin compasión. Además de ofrecernos los sabores de siempre se sacaron de la manga una línea “Leyre” de tabletas de “fantasía torera”, negra con café o naranja, otra de leche, fruta de la pasión y mango y una pecaminosa de chocolate blanco con yogur que está que se te salen los ojos de las cuencas.

Por si no era suficiente, llevan otra línea “mandanguera” llamada “Orbea” que da pena desembalar gracias a su diseño virguero, destacando el de arroz inflado “crocanti” y otro negro con menta que si te lo papeas vuelas al Diamond Jubilee Tea Salon del Fortnum & Mason.

casapedromayo.com

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