Ánades Galicia

El otro día leí al gran Pello Salaburu una magnífica reflexión que reza, “no entiendo para qué quieren los británicos sus caladeros de pesca si luego son incapaces de preparar nada comestible”, ¡chispum!, MA-RA-VI-LLA.

El mundo cambia que es un despiporre y hoy florece la golosina donde menos la esperas, pues lo mismo tropiezas con un destilado glorioso en Ponferrada que con una conserva de pato cebado en las mismísimas lindes de Orense y Zamora, ¡menudo golazo metió en El Molinón!

La peña de Ánades Galicia son unos emprendedores de campeonato en Vilardevós, pues Silverio (padre), María (hija) y Ramón (marido de la hija), crían patos desde hace un porrón de años y construyeron toda una industria “chiquita” de sus derivados.

No tienen mucha producción pero se lo curran y pelean de pelotas, porque todo tiene el sabor, la rusticidad y las acertadísimas imperfecciones de las conservas de antaño. Compran los patos con pocas horas de vida en el sudoeste francés y solo traen hasta sus fincas los machos porque su hígado, dicen sin titubear, tienen menos vasos sanguíneos y ofrece mayor calidad.

Se curran todos sus productos ellos mismos, demostrando unos conocimientos muy profesionales del asunto que se traen entre manos. Bordan el foie gras en conserva, con esa grasa que envuelve la nuez sonrosada al corte cuando le metes cuchillo, convierten las pechugas en jamón prieto elegante bien curado y se curran unas alubias con pato guisadas que dan ganas de hacerse armador y cargarlas a miles en un navío para conquistar de nuevo las islas Filipinas, ¡viva Miguel López de Legazpi!

www.anadesgalicia.com

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