Sobaos “Arroyo”

Me dan bastante grima las artes marciales y todo ese rollo zen de Marie Kondo y los hoteles panal y los kimonos ordenados por colores, pero bien cierto es que si repartes buen rollo y siembras simiente, sales con la segadora y recolectas chorizos y morcillas colganderas.

No sé si esto que les cuento es de cultura del sol naciente, pero es lo que me enseñaron mi madre irunesa y mi padre del Ferrol. Así que abres el buzón de casa y recoges muchas facturas y justificantes del banco, como todo hijo de vecino, pero también paquetes de sobaos de mantequilla con una carta manuscrita firmada por Igor, un vecino de Villarcayo encantado de haberme conocido por la tele, ¡manda huevos!

Son golosina burgalesa, están jugosos a reventar y saben a mantequilla alpina filipina, miran de tú a tú a las mejores especialidades cántabras de los valles pasiegos, a pesar de estar manufacturados en Espinosa de los Monteros.

Llevan caducidad corta y cuando los metes en el vaso frío de leche, en la cocina descalzo y medio en bolas, sientes orgullo de ser español y de pertenecer a la cultura del pimentón, la aguadilla en la piscina, los torreznos, el botijo y de bailar a lo agarrao en las verbenas de la plaza, ¡me cago en Hirohito!

confiteriaarroyo.com

Deja un comentario