Turrón “Tartufo Pralinato”

No hay crónica escrita sin el soniquete de mis barruntos de cebolleta andante y el mundo del caramelo y del confite me ponen muy palote, como podrán imaginarse. Desde los Negritos de regaliz de la Esperanza en Hendaya, hasta los pegajosos Sugus o aquella delicia llamada Masti, adictivos y de sabor indescriptible, pasando por los Palotes, las barras de Carambar o los grandiosos Morenitos, vivimos grandes momentos de felicidad pegados a aquellos concentrados azucarados de felicidad sin igual.

Podría ampliar la colección de recuerdos con los caramelos de café con leche de La Cafetera, estuchados en cajas blancas del año de la tía Jesusa o aquellas otras delicias naturales de piñones de El Caserío de Tafalla, que metía a puñados en la bata del colegio y trituraba gracias a mi primorosa piñata destructora de Fantomas.

Toda esta chapa para decirles que estos Tartufo de praliné están fetén y te meas en la braga, “made in Italy”, currados en el Piamonte italiano por un despacho llamado “Antica Torroneria” y descubiertos por el cabronazo del colega Collel, de Colmado Singular, un tipo que se dedica a asaetearme con el soniquete de la grasa y la mandanga de categoría, ¡viva el azúcar!, ¡viva la avellana!, ¡me cago en la sacarina!

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