Lalomba Finca Lalinde 2019

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Menudas peleas cuando sales a papear y se lía parda entre los clásicos y los audaces que prefieren beber novedades en vez del sota, caballo y rey habituales. A mi me la refanfinfla soberanamente, pues no soporto a los que se tiran media hora estudiándose la carta de vinos con cara de Paco Umbral y sus gafitas agarradas al precipicio de la napia, mientras los demás calzamos sed de proporciones bíblicas.

Este rosado no lo conocía ni Bartolo y resulta que es de los colegas de Ramón Bilbao, una bodega que anda sobrada y araña “cuota de mercado” y todas esas frases hechas de reunión ejecutiva de reparto de responsabilidades.

En resumiendo, tras tres bostezos y en menos tiempo del que tarda en correrse el ratoncito Pérez, vaciamos la botella, así que poco más puedo añadir, ¡chispum!

Si necesitan más datos técnicos sobre retrogustos y matices nasales, investiguen en internet o en algún portal de sabiondillos del vino, llenos de pitilinadas, puntuaciones y sesudas consideraciones. De nada.

 

 

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