“Bigel” by Elkano1

Este queso tiene nombre de especialidad panadera centroeuropea, pero es una criatura parida por los colegas de Elkano, que como ya sabrán, es establecimiento que empaqueta droga dura ante la que nos arremolinamos yonquis llegados desde los puntos más insospechados de la geografía.

Los patrones calzan aspecto de ornitólogos húngaros veganos y amantes de la literatura rusa, pero son unos cabronazos que elaboran verdaderas joyas como la que se adivina en la fotografía, chorreante de grasa y herencia directa del “Txuria” que manufacturaba el malogrado Ramón Lizeaga, que dios tenga en su gloria sentado a la vera de los monjes inventores del “Munster” o el “Époisses” borgoñón.

Pesa un kilogramo, es de pasta blanda de leche pasteurizada de oveja y lo cocinan en la localidad guipuzcoana de Aia, exhibiendo una corteza contaminada generosamente con “penicilium candidum” de color grisáceo debido a la ceniza vegetal con la que se pringa la pieza al sacarla del molde.

Madura al menos cuatro semanas y es recomendable meterle el cuchillo e hincarle el diente entre la quinta y séptima semana de vida, para que el chorreo sea de campeonato y de la impresión, te asalten irrefrenables ganas de papeártelo entero para palmarla empachado y entonando el “Lasciatemi morire” de Claudio Monteverdi, ¡adiós, mundo cruel!

 

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