El amigo Sébastien es un cocinero francés de alto copete metido a charcutero por obra y gracia de su espíritu entusiasta y zampón, pues es un profesional como la copa de un pino que lleva desde bien chaval currando como un auténtico degenerado.
Se quedó huérfano de padre bien joven y tiró de su madre maña que le preparaba bocatas de embutido para la merienda del tamaño del TGV francés, germen de una pasión que lo ha llevado recientemente a inaugurar tres fabulosas sucursales charcuteras en el país vasco francés que son lo más parecido a un templo de la lujuria del guarreo y la pitanza.
Mister Zozaya madruga como la bestia parda de Carlos Alsina para poner en marcha una mise en place diaria que le permite abastecer sus vitrinas de imponentes piezas de jamón cocido, cabeza de jabalí, fiambres de lengua y pistachos, manos de cerdo cocidas, “jambonneau”, salchichón fresco lionés al ajo, morcillas, patés de toda suerte y condición y demás especialidades charcuteras de raigambre francesa, ¡madre mía!
Además es MOF 2019, que no es moco de pavo y significa que en su especialidad y en el desarrollo de su tarea es “the fakin master of the barraca”.
Hoy más que nunca debemos apoyar a todos los productores artesanos, meticulosos y transportistas de una felicidad que se unta sobre pan y se empuja descorchando muchas botellas de vino, ¡viva el magreo y la farra!, ¡abajo la mediocridad!, ¡larga vida al cerdo graso!
