Phinca Abejera 2013

No tengo el gusto de conocer al compadre David Sampedro Gil, viticultor de esta virguería antediluviana resuelta con tanto mimo en su contenido y en su continente, pues este vino chorrea exquisitez y buen gusto a mansalva.

Imagino al buen hombre dando a probar sus criaturas a los lugareños, que pondrán cara de cordero degollado al haber parido un brebaje de fuerte carácter y marcada personalidad, pues el trago es riojano, sí, pero habla seis idiomas, juega al bridge, lee novelas policíacas del inspector Jules Maigret y va a los partidos de pelota en el frontón con un canotier plantado en lo alto.

Si licúan veinte racimos de uva, un par de canastos de tomillo, romero y espliego y añaden dos tientos de nuez moscada, clavo y regaliz de palo, también les saldrá algo parecido. La de historias fabulosas que tenemos que sacarnos de la manga los que bebemos pero no tenemos ni pajolera idea de vino para explicarles qué es este artefacto parido en Elvillar de Álava con las variedades Graciano, Tempranillo, Garnacha y Viura, ¡madre del amor hermoso!

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