Ricardo es mi embajador en Galicia de drogas duras y se empeña en reventarme las venas con todo tipo de artillería chacinera, quesera y confitera que envía bien empaquetada. Sabe el muy cabrón que escondo un gordo en mi interior y me riega de grasa para que asome y salga de paseo.
No hay nada que me ponga más palote que un tarugo de mantequilla en la nevera, pues sería capaz de comerme dos kilos a mordiscos. Desconfié toda la vida de los que la acarician con el cuchillo y la plantan sobre la tostada en proporciones infinitesimales, pues la grasa de leche de vaca la hizo dios para cortarse a bloque, sin imbecilidades.
Los nubarrones derretidos de mantequilla flotando sobre un café con leche son el paisaje del desayuno de mi infancia y aúllo cuando abunda en la salsa bechamel, en el puré de patata, como pegamento entre dos galletas María o sobre una tostada de pan, sin derretir y a pelo, para sentir la mordida dejando en ella la huella de tu dentellada.
La que elaboran los amigos galegos de Xanceda se sale del mapa, ¡qué cabrones!, ¡qué buena está, cagonlaputa!, parida con material de primera procedente de vacas bien cuidadas que salen a pastar de potes y en cuadrilla.
Es de producción ecológica y pertenece a una familia de yogur, queso, kéfir, helados y leche embotellada con las que me encantaría ser embalsamado, cuando muera, ¡juro que algún día me comeré una vaca entera y explotaré como el transbordador espacial “Challenger”!
Es una vergüenza la comparación con la droga q destroza a ta tos jóvenes d por vida y arruine ala vida de su familia por y para siempre Soy madres un drogodependientes… desde hace casi 30 años… y ahí sigo
Cualquiera q conoce a David,sabe q su comentario no va x ahí,no saque las cosas de quicio,es una comparación para enaltecer el producto