Ensaladilla

En mi lista de platos preferidos está sin duda la gloriosa ensaladilla, que tiene en su cima de grandes conquistas al pueblo sevillano, responsable de las bandejas más fastuosas que uno pueda echarse a la panza.

En villa Kurlinka se hizo toda la vida con ese revoltillo de verduras Frudesa congeladas cocidas, escurridas y aliñadas con mucha mahonesa Musa y toneladas de bonito desmigado embotado en casa, tras un currelo descomunal.

Luego sales al monte con playeras como las cabras en celo y tras papearte todas, concluyes que no hay civilización que la borde con tanto empeño que el soberano pueblo andaluz, que tiene en las tabernas vecinas a la Giralda la cátedra “cum laude” de su manufactura.

Me gustan casi todas, ¡qué quieren que les diga!, hasta las que llevan aguacate, guisantes de bote, zanahorias, melva canutera, cebolleta muy picada, perejil o lo que a uno le salga del coño, siempre y cuando estén bien aliñadas, jugosas y pringadas con generosidad de mahonesa, la reina de las salsas cristianas de occidente.

Pero me ponen particularmente palote las que se fraguan a partes iguales con patatas y huevos cocidos chafados con las púas de un  tenedor, gambas peladas picadas a cuchillo y un buen bonito del norte en aceite de oliva hecho migas.

Sírvanla fría y cubierta por un manto generoso y espeso de mahonesa, ¡viva la Divina Pastora!, picos o regañás y una cervecita helada, ¡a tomar por saco la dieta!, ¡viva la grasa!, ¡larga vida a Mariscos Emilio!, ¡viva la Blanca Paloma!

 

3 comentarios en “Ensaladilla

  1. Sevillano pRusiano-creyente

    Jajaja. ¡Pero qué grande eres!. Totalmente de acuerdo, la ensaladilla se debe servir en cubos.

  2. Juan de Elche

    El ADN, el RH, los gentilicio, y muchas cosas más, se quedan pequeños para encerrar, definir, dibujar, a personas tan grandes.
    Salud y mucho ánimo.

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