Cebollas Jumosol

La cebolla asesina es un personaje de cómic de Javi Royo y refleja la condición de la mayoría de cebollas que uno encuentra por ahí, picosas, tiesas, magulladas y con un rendimiento chungo en el fondo del puchero, pues no hay peor cosa que sufrir martirio con esas piezas que no se ablandan por muchas horas que se tengan guisando, ¡me cago en sus muertos!

Las patatas son patatas y las cebollas, cebollas, pero si llevan apellido ilustre mucho mejor y las de Jumosol llegan con un pan bajo el brazo desde la denominación de origen protegida de Fuentes de Ebro, un territorio aragonés en el que campan a sus anchas todos los fieles a la iglesia politeísta de la “cebollología” y sus adeptos, la cebolla morada arzobispal, la cebolla blanca perla vaticana, las chalotas de misiones diocesanas y su majestad la cebolla dulce, ¡sin pecado concebida!

Están deliciosas crudas cortadas en tiras finas, transformándose en carne de membrillo cuando se asan o sofritas, se vuelven cabello de ángel dorado y dulce y no muestran agresividad alguna ni esa resistencia chunga a la mordida de la cebolla corriente, por mucho que se tenga al fuego guisando eternamente.

Los de Jumosol se lo curran de pelotas y presumen de su condición de agricultores, empresarios y tenderos, saben un potosí y no se cortan un pelo para disfrazarse de cebolla con patas en plenas fiestas de carnaval, bailando como energúmenos en la cuenca de los ríos Ebro y Ginel, alborotados como en un cuadro flamenco del museo del Prado, ¡Viva El Bosco y la panceta de cerdo con pelo!

www.jumosol.com

Deja un comentario