Pertenecemos a la cultura de la viña, el cereal y el olivo y por eso nuestras mujeres están tan buenorras y los hombres levantamos piedras de muchos kilos con las dos manos, haciendo sed y bastante apetito para meternos entre pecho y espalda un balde de gachas, montoneras de torreznos o un ciento de bizcochos de soletilla.
Hay que tenerlos bien colocados, centrados y colgando para hacer cerveza en tierra de vino, pues el Duero y su ribera es conocida por la Tinta Fina que se vinifica y se embotella para acompañar asados, cochifritos y demás platillos de la tierra.
Así que entre viñedos y canteros de pan, estos cabrones de Mica elaboran cerveza pelotuda con carácter, reivindicando su condición de castellanos hijos de la cebada, el tomillo y la gran chingada, ¡viva el lechazo, el jamón graso y la madre que los parió!
