Caparrón de Santurde

Los riojanos son gente feliz que disfrutan bailando a lo agarrao en la plaza y arriman la cebolla a una buena sarta de chorizo picantillo, pues como sabrán, aquella tierra es pródiga en vinazos, morcillas, caracoles, cangrejos, madejas y chuleticas al sarmiento.

La religión de la legumbre incluye esa sana costumbre de competir en las plazas de los pueblos en concursos en los que se juega el honor de la sociedad gastronómica, la agrupación cultural o lo que se tercie, en un duelo a cara de perro por guisar los mejores caparrones pintos con panceta, chorizaco, cebolla, zanahoria, puerro, ajo, pimentón, laurel, aceite de oliva del bueno y un tiento de sal.

Su caldo achocolatado es la razón del existir de la asociación del caparrón de Santurde, que en su segunda edición vienen organizando una feria de exaltación y de desarrollo rural para la salvaguarda de las labores tradicionales de su cultivo o la selección de semillas locales para lograr finura, pellejo fino y un sabor paranormal en todas su variedades, pinta, roja, negra y de arroz. ¡Viva San Millán de la Cogolla, Gonzalo de Berceo, los picaos de San Vicente de la Sonsierra y la Unión Deportiva Logroñés!, ¡ieup!

@asociacionlailera

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