Langostino chiguato

Si es de recibo pasar por Calatayud y saludar a la Dolores, lo es también aterrizar en Sanlúcar de Barrameda y dirigir los pasos hacia la Plaza del Cabildo para encontrarse con el gran Manolo, patrón de la particular taberna La Gitana.

Allá sabrán que en invierno sirven el más jurásico de los marisquitos, las fabulosas galeras, que son ese animalillo que atesora en temporada unas sabrosas barras de coral bajo un espinoso e infranqueable caparazón acorazado. Las especialidades de esta tasca sin parangón son largas como un día sin pan, pues además de las clásicas tapas frías, ensaladillas, papas aliñás y demás cosas virgueras, sirven gruesas y delicadas bocas de la isla, que casan de miedo con la cervecita helada bien tirada, las quisquillas chicas cocidas con esa hueva azul y cabeza fluorescente de mírame y chúpame Rodrigo, las tortillitas de camarones, que forman encaje de bolillos al freírse y resurgen del aceite doradas como un traje de luces de torero bueno y el particular langostino chiguato, que no es otra cosa que un bichejo que muda de pellejo pillado in fraganti y en calzones en el probador del Zara, frito enharinado en aceite de oliva listo para zamparse de bocado con su cola, su cáscara, su cabeza y su canesú.

Tengan cuidado y no se abalancen sobre ellos porque están más calientes que Benny Hill, así que despacito, buena letra y disfruten luego del sol y los largos paseos por la playa de Bajo de Guía.

La Gitana – Plaza del Cabildo 15 – Sanlúcar de Barrameda – T. 956 382 014

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