Ilercavònia 2018

Los vascos estamos en un momento del año muy especial porque nos apelotonamos en las bocanas de los puertos a la espera del bonito del norte, que es un fiero animal creado a imagen y semejanza del hombre, pues compromete su vida para terminar sus días con la cabeza bien alta, buceando en salsa de tomate, cebolla y pimiento verde sofrito o en fabuloso marmitako.

Si hay una variedad que atesora personalidad y forja botellas de bandera es la Garnacha blanca de la Terra Alta, un paraíso al sur de Cataluña en el que crece la viña desde que el hombre inventó el vino para apagar la sed y alumbrarse la existencia.

En la copa es un vivo reflejo de lo que sientes en la boca cuando te lo empujas, porque ese dorado con reflejos “verdes” se convierte en tomate verde, hierbaluisa y destellos que invitan a trincarse una ventresca recién cocida, humeante y reventada en lascas sobre una bandeja, ¡cagonriau!

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