Retorta “Finca Pascualete”

En casa presumimos toda la vida de vivir de un negocio fundado en 1940, que manda huevos. Casa Margarita empezó a vender tejidos y avíos para niños tras la guerra, así que no quiero ni pensar lo que fardarán los colegas de Pascualete, que llevan nada menos que setecientos ochenta y seis años liándola parda en el corazón de la dehesa extremeña.

En 1232, ¡sí, leyeron correctamente!, Fernán Ruiz de Altamirano fue premiado con las tierra que forman hoy la finca a cambio de su ayuda para la conquista de la vecina Trujillo, así que desde entonces las churras, las merinas y los puercos danzan entre alcornoques y quejigos para la alegría de las despensas del entorno.

La pequeña torta que hoy les presento está para frotársela enterita por el cuerpo, ¡madre mía, qué lujuria!, elaborada con leche cruda de oveja y ese toque del cuajo vegetal, pues sabrán que con cardo y leche extremeña el mundo disfruta de la textura cremosa de las tortas casi líquidas y fundentes, de aspecto sugerente, suaves e inconfundibles.

Comida a palo seco, sin más ayuda que una cuchara, un pico de pan o el mismo dedo, les hará ver la cohorte celestial con todos sus ángeles y arcángeles, aunque no duden tampoco en guarnecerla con patatas nuevas, ensalada o de tirarla a bocados sobre una pasta recién hervida, ¡qué locura, virgen santa!

www.fincapascualete.com
Precio aprox.: 8 euros-380g

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