Pues resulta que el año en el que nací, 1970, plantaron uvas en viejas parcelas del Pago, viñedos de Bobal dispuestos en vaso, secano estricto y viticultura ecológica, ahí es nada.
Desde entonces cayeron unas cuantas vendimias y apretó cosa fina Lorenzo, que por aquellas tierras pule y personaliza los vinos del altiplano mediterráneo, convirtiéndolos en tragos muy especiales.
Es un vinazo de raza, elegante y bien vestido desde la cabeza a los pies, fiel reflejo de la finura del suelo y los matices proporcionados por la Bobal, que si se doma con oficio, proporciona alegrones de infarto. Pruébenlo y alucinarán en colorines, ¡teta de novicia!
www.grandespagos.com
Precio aprox.: 24 euros
