Todo el mundo conoce el asador Capricho, del amigo José Gordón, que sirve cecina veteada como el mármol de Carrara y chuletas mastodónticas de buey, verdadero timbre de gloria de la casa.
Pues sepan que a muy pocos kilómetros de allí está Herreros de Jamuz, conocida por su caudal de agua, que los lugareños bautizaron como «el pueblo de las fuentes», lugar hermoso que reconforta por su impagable silencio, ¡cállate niño, ya!
Por allí mismo crecen cepas centenarias prefiloxéricas de las variedades Mencía, Prieto Picudo y Garnacha, que se guisan para obtener este singular vinazo criado durante doce meses en barricas de roble francés que está de muerte para empujarse un buen pepito de ternera y rematar ese pedacito de queso manchego de la fresquera.
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Precio aprox.: 22 euros