Somos muy afortunados por poder levantarnos bien de mañana y pringar nuestras tostadas con aceite de oliva virgen extra, así de clarinete. La bondad de vivir en el sur de Europa y pisar España es que exprimir una naranja también está al alcance de nuestra mano, aunque muchas veces la legaña traicionera nos la juegue, apuremos el sueño y salgamos pitando sin café, ni zumo, ni mollete pringado ni gaitas, ¡malditas prisas! Si quieren mojar la miga con puro magma celestial, los de Melgarejo saben lo que se hacen, pues arrancaron su aventura empresarial y familiar en 1780, cuando su tatarabuelo se lio la manta a la cabeza y empezó a darle mambo a su almazara, a su molino de empiedro y a su prensa de viga.
Y así fueron pasando los años y se mojaron muchas tostadas en aceite y se fraguaron muchos gazpachuelos en los lebrillos y después de las noches oscuras llegaron las mañanas claras, y llovió e hizo chicharra y hasta los bandoleros tomaron la fresca a la sombra de los olivos de Pegalajar, en la provincia de Jaén, que fue también lugar fronterizo y paso obligado de todo pichichi en época morisca. La almazara evolucionó con los años y por suerte hoy sigue elaborando zumos tan flipantes como éste Original, que manufacturan en su totalidad con la variedad Picual obtenida en las fincas de El Cuchillejo y San Luis.
Como ya sabrán si son de los que se meten el aceite en vena, la Picual es una oliva generosa de la que resultan aceites muy amables y frutosos, con esa característica común en todos del olor a hierba fresca recién segada y el puntazo del pelotazo de la planta del tomate, que es un olor que pone mucho y estimula la entrepierna. En resumiendo, es fresco y equilibrado y además visten la botella de forma muy brillante con esos arbolitos centenarios que llevan revolucionando la cuenca mediterránea desde que el mundo es mundo y los fenicios llegaron a nuestras costas en sus planeadoras, viento en popa a toda vela.
www.aceites-melgarejo.com
Precio aprox.: 375 ml. 7’75 euros