Europa

O de un paraíso en el que saben vivir a la navarra como en ningún sitio.

Con estrella Michelín desde 1993, año en el que Bibendum anudó pañuelico al cuello.

El restorán, como ya sabrán, es un feliz invento de apenas tres siglos de vida que procuró siempre chicha al hambriento, chato de vino al sediento, confort al fatigado y lumbre al resfriado. Si uno repasa la historia de la gastronomía y rebusca los párrafos en los que se detalla este feliz alumbramiento, comprobará que el primer local colgó sobre su puerta un feliz latinajo, “venite ad me omnes qui stomacho laboratis et ego restaurabo vos”, generosa declaración de principios para cimentar el estómago y reparar los apetitos.

Saben que siempre procuramos recomendar lugares en los que se cocine sabroso, con arrojo y sentido común, que es, por cierto, el menos común de los sentidos de nuestra tonta gastronomía contemporánea, como ya nos habrán escuchado mil y una veces por radio, prensa o televisión.

No hay nada más inmenso que un restorán feliz y bullicioso repleto de gente esperanzada y hambrienta de toda condición, obreros, zascandiles, puteros, celestinas, golfas, zalameros o capitanes garfio malencarados y pendejos que ansían jamar cocina sencilla, gozosa y festiva: guisos de infancia, chacinas colganderas bien troceadas, fritos marranos, sopas lujuriosas, montañas de marisco, pescado en salsa, pedazos de carne estofada o asada, verdura hervida, golosinas, confites, vino de la tierra, cerveza helada, agua fresca, café, chocolate, copa de brandy y puro habano.

El paraíso de los Idoate sigue al pie de la letra el mejor patrón de lugar dichoso, sin bobadas y es casa de beneficencia, casa de aposento, casa de mancebía, casa de baños, casa de camas, casa de compromisos y sobre todo, casa de conversación, casa de comidas, casa de fieras y casa grande, aristocrática por su riqueza en la atención que dispensan Juan Mari en la dirección, Pilar en la cocina y Eugenia o Mari Carmen en la sala. El establecimiento hunde sus raíces en la década de los años treinta del pasado siglo y fue a partir de 1973 cuando la familia lo convirtió en uno de los más emblemáticos de toda Navarra, rematando en 1989 con una reforma integral de órdago a la grande: ajustan la tradición culinaria, guisan con esmero, cuidado y personalidad, dan prioridad a la autenticidad de la materia prima y a los productos de temporada y desarrollan un estilo natural, fresco y cercano, un “saber vivir a la Navarra”.

Pilar es una leona, se zambulló en los fogones del hotel cuando aún lo regentaban las tías y ahí sigue, currándose en las ollas una cocina moderna, ajustada en sus toques de cocción, libre, vestida con telas vaporosas de sofrito y rehogado que conectan los fogones de Espoz y Mina con la Selva de Irati, el Señorío de Bértiz, la Ribera o las Bardenas Reales, reconociéndose en la cocina más fundamental.

La carta está compuesta por los grandes “hits” de la casa, un galimatías maravilloso que les hará salivar como perros de Paulov, ¡guau!, nada sobra ni falta, podrán ahogarse en su propia baba con el Jamón de bellota “Joselito”, de entrada; gusta el bogavante en Pamplona, podrán comerlo en ensalada con vinagreta de hortalizas o asado entero, con su cabezón, pinzas y caparazón, chupen hasta enloquecer y no dejen gota; los pimientos del piquillo de Perón (Lodosa) asados con leña y aceite virgen extra, los acompañan con papada de cerdo ibérico y están de muerte, como las pochas viudas guisadas al estilo clásico o el bacalao al pilpil con ajoarriero; podrán jamarse un buen carpaccio relleno de hongos, con su ensalada de rúcola y parmesano o atizarle duro al solomillo a la parrilla con foie gras, puré de patatas, trufa y tocino crujiente, si levanta la cabeza Gioacchino Rossini y contempla tal maravilla, le da un yu-yu con espasmos y se queda tieso en la silla.

Bordan las manitas de cordero de leche guisadas, clavan los callos y morros de ternera con choricico y jamón, el pollo de corral guisado con arroz en su jugo, las albóndigas guisadas y de entre todos los postres, destacan las torrijas con helado de almendra y los buñuelos de chocolate caliente con helado de naranja, muy adelgazantes.

El Hotel Europa es la pura transformación de un popular hostal en un moderno hotel de tres estrellas, con 25 habitaciones en el mismo centro de Pamplona y los Idoate son un clan profesional que sabe lo que se trae entre manos, su amabilidad no tiene límites: ¿quieren echarse una siesta de pijama y orinal después de comer? Tranquilos, peinan, embuchan el pijama y los acuestan en la cama si es menester.

¡Viva el Europa! ¡Viva la gastronomía sin tontadas!

Europa

Espoz y Mina, 11-Pamplona

Tel.: 948 221 800

www.hreuropa.com

europa@hreuropa.com

COCINA Sport elegante

AMBIENTE Modernito

¿CON QUIÉN? Con amigos / En pareja / En familia

PRECIO 80 €

4 comentarios en “Europa

  1. Josefa María Setién

    Hola Jorge:

    Me ha gustado tu descripción del inicio y la historia del » restoran» y el latinajo- Yo recuerdo que en nuestras primeras comuniones de Hijas de María, cantábamos una canción que decía.

    Venite ad me, que a todos se os convida.
    Venid, que yo el cielo os adquirí
    Yo soy a Vida la Verdad divina.
    Venid, venid a mi.
    los que sufris, en este mar de penas,
    los que llorais en valle de dolor,
    venid, venid, yo rompo las cadenas
    amigo soy del pobre pecador………..

    Sirve perfectamente para invitar a un ágape o quitahambres material, además del que se suponía espiritual.

    Tu tercer párrafo me recuerda la trilogía «La lucha por la vida» (La Busca, Mala hierba y La aurora roja )de nuestro gran Baroja

    Todo el resto que dices de los Idoate,pues eso…..la gran Navarra. El gran Reino de Navarra.

  2. Ander

    El plan perfecto en San Fermin : comer opiparamente en el Europa y salir para la plaza de toros con el bocata de magras y la botellica de champagne en su correspondiente cubo de hielos.
    Y de ahí al Labrit a gintoniquear un poco…

  3. Migueltxo

    Joño, Ander… qué nivel, invítame a todo eso que cuentas. Veo que eres un sanferminero con posibles. Te espero tomando un bakalao y un marianico en el Monasterio.

  4. Migueltxo

    (segundo y último intento de envío – El primero me lo han borrado… por inapropiado?)

    Joño Ander, invítame a todo eso que cuentas. Qué nivelón! se ve que eres sanferminero con posibles. Te espero en el bar de abajo tomando un bakalao y un marianico.

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