O del auténtico refrigerio del verano, ¡ni refrescos ni mandangas!
“La Flor de Castilla” fue en su origen una confitería artesana, fundada en la segunda mitad del siglo XIX. Esta pastelería comenzó a elaborar en su obrador las primeras yemas hacia 1860 y, desde entonces, ha comercializado muchos y excelentes productos, trabajando para lograr largas caducidades con ingredientes naturales, sin conservantes ni aditivos, signo distintivo de la compañía. Utilizando productos de la huerta, frescos y en su óptimo momento de maduración natural, elaboran un gazpacho muy rico de tomate raf, que destaca por su frescor y franco sabor a sopa auténtica y campesina. Apto para celíacos, aporta a nuestra dieta un gran poder antioxidante, para que no se agarroten nuestras rodillas y nos crezcan largas y brillantes las pestañas. ¿Cuál es el secreto de su sabor? Tomate fresco y tomate raf, pimientos, pepinos, ajos, aceite de oliva virgen extra, sal y un toque de vinagre de Jerez. Nada más. Conviene tenerlo bien fresco en la nevera y darle todos los lingotazos posibles hasta que no quede ni una gota.