Aguileta

aguileta

O de que viva el ácido folclórico y todos sus muertos.

Un asador de mucho pedigrí a dos pasos de La Granja Remelluri.

Luiz Horta, querido amigo, curioso paulista de espíritu ilustrado y ademanes aristócratas, se hizo un día el viaje desde Brasil hasta Labastida con la intención de conocer el órgano de la iglesia parroquial de La Asunción, templo cuasi herreriano levantado en el XVI, con una puerta de estilo isabelino que protege el fabuloso instrumento musical.

No lo creerán pero así fue, suena el teléfono y un tipo que está a ocho mil quinientos kilómetros de distancia te pide que organices la visita a un tesoro que tú desconoces y tienes a un paseo en auto desde casa, manda huevos. Así que dicho y hecho, Luiz aterriza puntual, vas a recogerlo al aeropuerto, ¿qué tal?, ¡cuánto tiempo!, mientras llamas a Diego Rodríguez, sheriff del condado, para que consiga las llaves del templo y reserve mesa para tres en Aguileta.

Y ahí te ves, conduciendo hasta Rioja Alavesa bien despacio, no vayamos a tener una desgracia, para que un individuo te explique en portugués que la planta de la iglesia de Labastida es nave única de cuatro tramos de estilo sobrio en su arquitectura y portada renacentista, que además de órgano del XVIII, guarda magnífico retablo gótico churrigueresco obra de Fernando de la Peña Carrera, que Dios tenga en su gloria.

Sabrán que a este lugar abrigado por las cumbres del Toloño, le llegó su lustre en los siglos XVII y XVIII cuando el apogeo económico lo convirtió en próspera ciudad barroca con palacios de aleros flamencos tallados en madera: en aquel tiempo se levantaron sus monumentos, se empedraron calles, plazas, construyeron fuentes y mercados.

Vayan y comprueben que la vida transcurre allí sin atropello, sientan el aire tranquilo y aprecien la solera del pueblo iluminado por los destellos del cielo limpio de la Ribera del Ebro. Respiren profundo, hagan el favor de recorrer el museo al aire libre de su calle Mayor, tómense una chopera por sus tascas antes de comer y cuando les apriete la gusana del hambre, acudan hasta la antigua Casa de los Pobes, en donde estofan que es un primor.

Al local se accede por un costado de la imponente propiedad desde la que hace muchos años, la familia que la habitaba, salía en carroza para acudir a misa los domingos y fiestas de guardar, ¡qué tiempos Mariví!

patas¿Ya están dentro? Antes de subir saluden al chef Luis Serrano López de Aguileta, guisandero de Laguardia curtido en el oficio que trabajó con Genaro Pildaín en el siete calles bilbaíno, ahí es nada. Y tras el tramo de escaleras les asaltará Esperanza, nacida en el pueblo, patrona y reina de la casa, plántenle un par de besos y aprieten la mano a Diego, su mancebo de sala.

Les haré el menú para que disfruten como auténticos enanos otomanos, tomen nota y anuden su servilleta; croquetas de gambas y chorizos asados, de abrebocas; engañen al cuerpo con verdura en forma de puerros bien gruesos hervidos, con aceite y vinagre hecho en casa con los culines de las botellas y una buena fuente de alcachofas salteadas con jamón, para morirse; hagan sitio al plato hondo de caparrones guisados con guindillas del jurásico y aplaudan a la vedette del Aguileta, la patita de cordero en salsa de seda, con tomatico, chorizo y jamón, chupen como condenados y no dejen gota que así se las jamaba Don Gregorio Marañón, a puñados.

Por si les queda un átomo de apetito, sepan que las chuletas de vaca a la parrilla son reputadas, las sirven con patatas fritas justo antes del postre: queso, biscuit de higos, buñuelos de nata y canutillos con chocolate derretido.

Tomen café, apuren copa, denle al pitillo y verán cómo en la próxima revisión médica tendrán estabilizado hasta el mismísimo ácido folclórico.

Asador López de Aguileta

Varajuela, 3

Labastida-Álava

Tél.: 945 331 544

COCINA Todos los públicos

AMBIENTE Campestre

¿CON QUIÉN? Con amigos / En familia

PRECIO 50 €

Publicado el 18/12/2009 en el suplemento GPS de El Correo y el 19/12/2009 en el Diario Vasco

2 comentarios en “Aguileta

  1. Antonio

    Hace años que no voy al Aguileta, en los años noventa iba mucho con mi padre y con mi suegro.
    Pero despeues de ver la pinta de ese cordero , creo que volveré pronto.
    Un saludo Joege, me encantan tus cronicas.
    Antonio Lerena

  2. VICENTE CARBALLIDO

    Hemos ido al asador con muchas expectativas, tras leer los comentarios de David en su libro, Con la cocina no se juega.
    Puedo decir que todas aquéllas se han visto superadas.
    Por este viaje, nos centramos en las carnes, excepcionales. El chuletón de 1 kg., el solomillo, el entrecot,… ¡Todas geniales y en el punto requerido!
    Por supuesto, hubo entrantes. Las croquetas de gambas, una exquisitez. Los puerros, deliciosos.
    Como nos hemos juramentado para volver, hemos aplazado para entonces las patitas de cordero y los pescados asados.

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