Mercados

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O de un asunto serio de narices, el de ejercer la verdadera cocina de mercado.

“Yo guisaré lo que tú plantes”, le dijo el otro día un chef a un baserritarra ante mis narices. Los cocineros nos debemos al artesano productor o recolector y no tiene ningún sentido elegir recetas caprichosamente para buscar donde sea los ingredientes, pues es el comensal quien pierde mientras todo el entramado agropecuario local se rompe en mil pedazos. Ejercer la verdadera cocina de mercado con sentido común, sea en casa o en restorán del copetín, es asunto muy serio que tiene que ver con la educación que recibimos ya de críos. No se rían, no, que es asunto serio. Enriquezcamos nuestro entorno más cercano; visiten al frutero, sean amables con el carnicero, encaríñense con su pescadera, hagan migas con la panadera y deseen con toda su alma a quienes madrugan y traen de su huerta puerros, vainas y lechugas. Vayan al mercado con sus hijos y gasten los duros en la mejor inversión a plazo fijo: su propio bienestar.

Publicado el 18/04/2009 en el Diario Vasco.

Crédito fotográfico by David de Jorge

1 comentario en “Mercados

  1. Conde de la Maza

    De acuerdo con la filosofía, pero que «visiten al frutero, sean amables con el carnicero, encaríñense con su pescadera, hagan migas con la panadera y deseen con toda su alma a quienes madrugan y traen de su huerta puerros, vainas y lechugas.». Si son fruteros, carniceros y pescateras de verdad iré, admiraré y pagaré. Si no lo son no lo hare.

    Lamentablemente cada hay menos fruteros, carniceros y pescateros de los buenos. Y hay que tener cuidado con extender ciertas filosofías, honradas en su planteamiento, pero que las carga el diablo. Eso es como la filfa de las «librerías». Pues no señor, yo compro los libros en la Librería Donosti o en Lagún porque SÍ me aportan valor y conocimiento, y una compra agradable. El resto de «librerías» que venden borragomas, estuches y carpetas se pueden ir a freir espárragos.

    La relación no solo tiene que derivar de la consciencia y exigencia del consumidor, sino del productor…y solo de esa manera se creará una harmonia en el mercado. Ahora, la cosa es díficil y requiere un cambio de (malas) costumbres a la que nos hemos plegado.

    Vittoriaaaaaaaaa!!

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