O de un vino bien apetecible.
21 de octubre, 2014, 08:00
O de un aceite bien fino y elegante.
O de un vino elegante y bien pulido.
O de unas pastas que son puro pecado.
O de un queso con garrote.
O de un vino que uno se lo trinca en menos de lo que canta un gallo.
O de una panadería de lo lindo.
O de un txakoli pelotudo.