Asador Taskas

Un garito en mitad de una gasolinera

Me hace mucha gracia ese talante bilbaíno de presentarse tieso e hinchado como un pavipollo echado para adelante y como si hubieras descubierto la penicilina, la imprenta, la escritura cuneiforme o una galaxia lejana llena de agujeros negros insondables. Si das una charla en una biblioteca guipuzcoana o en una casa de cultura de la llanada alavesa, el aplauso es tímido y al finalizar todo dios se mira con ganas y ojo brillante, pero conteniendo la expresividad. Rollo jesuítico. Se dejan las palabras en el congelador de casa junto a los cubos de hielo y las empanadillas de La Cocinera. En la Gran Vía bilbaína, si dictas una conferencia, el estruendo se escucha en las ex repúblicas soviéticas y los alaridos y los vítores son exageradísimos, porque piensas que esa brasa que preparaste con tanto interés tampoco era para tanto escándalo. Por eso admiro a esta gente que calza “txapela” de diámetro desorbitado, bebe chiquitos en vaso de culo ancho y es capaz de cortarse los dedos del pie con una cúter roñosa antes que tomar el nombre de sus dioses en vano, que incluyen a Diego López de Haro, a San José Ángel Iríbar, San Javi Clemente y su cuadrilla celestial, los beatos Andoni Zubizarreta, Julen Guerrero y demás “chutapuntistas” del balón, ¡menudo coñazo de fútbol!

El Taskas está ubicado en la gasolinera del aeropuerto del Loiu y nada puede ser más grandioso, pues se lo curran a diario entre camiones, lavadero de automóviles, bocinazos y surtidores de gasóleo. Súmenlo a la lista de restoranes particulares en lugares insólitos, pues los muy cabrones ganan por goleada a los que gestionan la torre Eiffel, los que guisan en un teleférico, en la cima de una cordillera nevada o suspendidos con cables en tirolina, pues hay peña anormal capaz de darte de comer en los lugares más insospechados. Ángel Velo es el patrón y es listo como un ocho de hojaldre con su granillo de almendra. Tiene carta pero prefiere leer sus especialidades del día a viva voz y con ligera entonación, aunque estoy seguro que desearía cantarlas acompañado de acordeón, guitarrones y maracas. Su festival incluye entretenimientos como almejas finas, gambas blancas, nécoras cocidas o a la plancha y bogavantes troceados, salteados con ajos en sartén de hierro. A la entrada colocan estratégicamente una bandeja de hielo llena de señuelos, distintos cestos de tomates gruesos y pimientos de Gernika. Sobre las mesas desparraman estuches de botellas de champagne y en los expositores campean alcoholes, botellones y licores para que el bilbaíno de pedigrí se sienta como Ali-Babá en su cueva.

El picoteo incluye todas esas cosas que comes hasta sin hambre, porque en esta casa el pan es pan y el vino, vino, y en cocina no se andan con chiquilladas porque tienen el culo bien pelado y calzan oficio. Hay anchoílla en salazón, salmón marinado con naranja, croquetas crujientes, morcillas chicas con piperrada o unos gloriosos pimientos rojos asados y repelados que se sirven con su tallo, desprovistos de pepitas y empapados en aceite de ajos. Los que pierden el norte con los despojos están de suerte porque empanan mollejas de cordero y las sirven fritas con ajos y patatas. Todo restorán que se precie presume de su salsa vizcaína y aquí manufacturan una eternamente sofrita y refinada en el pasapuré, en la que sepultan callos y morros guisados o caracoles con sus tacos de jamón, para mear y no echar gota. Pillen pan si pueden y no temen a la lorza. Los gordos, ármense de cuchara y suden la gota gorda echando de menos el cuscurro y la miga pringada de grasa. No entran clientes despistados y el que franquea la puerta sabe que en el “saloon” habrá gresca, movida y disparos como en las películas de vaqueros de Bud Spencer y Terence Hill.

Hay mucho más para elegir, pescados del día con refrito de ajos, lomos de merluza en salsa verde con huevo, almejas y espárragos, rey graso asado con su jugo lechoso y algunas patatas panadera y el clásico dúo de bacalao dos salsas, presentado a la manera del viejo Guria del legendario Genaro Pildain. Para los más carnívoros hay chuleta con guarnición clásica, solomillo con huevo frito a caballo y otras recomendaciones del día que varían en función de la estacionalidad y las ganas de agradar de la plantilla. El servicio es muy eficaz y no pone pegas, la carta de vinos incluye joyas a buen precio y en las copas de cristal caben al menos doscientos socios del Athletic de Bilbao con sus mochilas de monte, ¡menudos copones, Jesús, María y José! Disfruten, que nos quedan dos telediarios.

Asador Taskas
Zona industrial aeropuerto de Bilbao – E.S. Avia – Derio
T. 94 674 12 10
asadortaskas.com
@asador_taskas

COCINA Todos los públicos
AMBIENTE gasolinero bilbáino
¿CON QUIÉN? Con amigos / Negocios
PRECIO ****/*****

1 comentario en “Asador Taskas

Deja un comentario