Champagne Emmanuel Brochet

Dice mucho del muchacho que en su etiqueta coloque una regadera o unas tijeras de podar, si tienen en cuenta los sesudos manuales de autoayuda que aparecen impresos en las etiquetas y las contras de las botellas.

Como uno está hasta los huevos de tanto místico, se agradece sobremanera, además el tipo es gabacho y ya sabemos cómo se las gastan … que si paso el rastrillo como en el siglo trece o abonamos los cepellones con caca de pura sangre inglés traída en carreta de caballos percherones ecológicos, y así.

El colega Brochet se ha convertido en poco tiempo en una rutilante estrella de la vinificación champanera y ojalá no se le suba el pavo a la cabeza porque su trago está bueno de veras. En la ficha técnica dicen que atesora vinosidad, madurez, mineralidad, equilibrio y elegancia, y no es por restarle mérito, pero una croqueta de pollo de mi madre, una loncha de cabeza de jabalí o la mermelada roja de un Bony también revientan la pana con idénticos adjetivos pomposos, ¡así que a relajar la faja!

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