En este año que finaliza volvimos a ser testigos de la furia de Rafa Nadal sobre las canchas y disfrutamos con los sudafricanos merendándose a los ingleses en la final del mundial de rugby, ¡aúpa Du Toit!
Así que para celebrarlo y antes de que suenen las campanadas y termine un glorioso 2019, no se olviden de celebrar la vida las veces que sean necesarias, porque en cualquier momento, ¡ya lo saben!, nos atropella el autobús y aterrizamos tiesos en Villaquieta.
Descorchen vino, aticen fuerte al jamón y aprovechen que los amigos de Monte Nevado están en racha y curan unos perniles de infarto, pues este año recibieron el Premio Alimentos de España al mejor jamón de Bellota ibérico 2018 y están más contentos que sus cochinos, que campan a la bartola por las dehesas del sur y viven felices como pachás de Kapurtala.
Nuestra mejor medalla olímpica es haber nacido en una tierra que nos provee del mejor jamón del mundo, ¡como quien no quiere la cosa!, así que demos gracias al señor por bendecirnos con montaneras espectaculares y pródigas en bellota, régimen de lluvias y hierba fresca, curaciones largas y naturales y esa selección individualizada que hace de cada una de las piezas la familia Olmos, para que sigamos hincándole el diente a sus jamones de categoría.
Bravo por los que ejercen su oficio con pasión y ven recompensado su esfuerzo en la sonrisa tonta de los que nos deshacemos por una loncha de jamón del bueno, ¡viva Carbonero el Mayor!
