El Churrasco

Para todos aquellos que tengan los padres vivos va este mensaje entusiasta animándoles a que disfruten de su compañía, bebiendo, riendo, comiendo, saltando o viajando, pues a propósito de este garito cordobés, no se me olvida un viaje con los míos al cortijo de La Colorá en la localidad de Montoro y las escapadas que hicimos por toda la provincia.

Comimos perol en el campo a la sombra de un olivo, metimos chuscos de pan en las cántaras de aceite de Priego, echamos siestas de pijama y orinal, nos conmovimos bajo la techumbre de la gran mezquita y nos ganamos la maldición de una gitana que nos quiso calzar romero a precio de kokotxa de merluza de anzuelo.

Si se dan un paseo al trote por su judería, saluden al bueno de Maimónides y tóquenle un poco los pies porque la leyenda construye el cuento chino de que por sus dedos gordos transmite el buen hombre su inteligencia a quien los refriega, como por arte de magia, así que no hagan ascos a un puño de neuronas de más.

Ahora que arrancan los meses de calorina, reserven mesa en el Churrasco para zampar en cualquiera de las mesas del patio o en algún apartado, poniéndose tibios de ese salmorejo que es un primor, sobre todo si lo empujan con berenjenas finas y refritas de reputado pedigrí.

Si son ustedes gochos como yo y les pone palote el despojo, no le van a la zaga los riñoncitos de cordero, los menudillos y la casquería de toda suerte y condición, gusto heredado de mi padre, un ferrolano que se jamaba los garbanzos con callos y los zarajos de dos en dos, ¡que dios lo tenga en su gloria y a mi madre le bendiga la barriga! ¡Amen!

www.elchurrasco.com

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