Empanadas de bizcocho

Si me tocara una herencia millonaria, dedicaría todo mi tiempo y esfuerzo en recorrer el país de cabo a rabo visitando tahonas, panaderos, obradores, recocinas y covachas de pueblo en las que poder rascar toda esa suerte de especialidades que me vuelven tarumba, pues mantecadas, roscas de vino, alfajores, pestiños, sultanas o perrunillas son timbres de gloria de esa España de los Botejara que conviene trincar si uno quiere untar en el café artefactos prietos bien hechos, mondos y lirondos.

Si andan por Badajoz y pasan por Alburquerque, saluden de mi parte al amigo Maldonado y a sus cochinos y deténganse en la misma plaza frente al quiosco para hacerse con una caja de las empanadas de bizcocho que manufactura la panadería Marisa, pues son una verdadera fuente de gordura y campechanía.

Soñamos con empanadillas rellenas de cidra, cabello de ángel, crema pastelera o membrillo, pero resulta que en este despachito a reventar de pastelillos, culebras de mazapán puro y rosquillas, van rellenas de masa de bizcocho y fritas en aceite de oliva para que la coraza cruja y el relleno cueza, que así escrito suena a confite de zurrón de Rinconete y Cortadillo. ¡Vivan las novelas ejemplares y Lázaro el de Tormes!

Alburquerque. Calle Pozo Concejo 18. Tel.: 924 400 409

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