Me gusta eso de proveerse de un buen fondo de armario, que en el caso de las cabareteras o actrices de relumbrón consiste en tener siempre a mano un buen pantalón vaquero “pitillo”, camisetas marineras, blancas o una americana negra, que remiendan siempre un roto o un descosido.
En el caso del goloso zampabollos del siglo veintiuno, su fondo de despensa debe de estar bien lleno de cebollas, cabezas de ajo, legumbres, pastas, fideos, laterío de toda suerte y condición, arroz, patatas fritas de bolsa, cervezas, chocolates y mucha salsa de tomate, con la que se podría sobrevivir hasta de un ataque preventivo de la URSS.
Así que si se diera el caso de tener que encerrarse en casa porque los rojos andan al acecho, no se me ocurriría mejor plan que estar guisando salsa de tomate noche y día, pues ya saben que arregla un par de huevos, guarnece el arroz blanco y embellece todo lo que toca con distinguida elegancia y relumbrón.
José María Munárriz Marturet, responsable de la manufactura de este fabuloso tomate natural pelado, comenzó su andadura como operario en una fábrica de conservas convencional, pero su preocupación por la ecología le llevó a crear una empresa de conserva ecológica, que bajo la marca La Churta, mete en tarros todo tipo de delicias peladas, escaldadas, seleccionadas y envasadas de forma manual. Si este tomate lo acicalan con un sofrito currado, se les caerán las pestañas del susto.
Conservas Allo
Precio 660 g: 1,80 euros