Dicen que no es lo mismo comer jamón en Triana que en Quintanarejo o que la sidra sabe mejor en Astigarraga que en Sabadell, y qué quieren que les diga, con esta manzanilla servida en el madrileño Corral de la Morería nos caían lagrimones como a la Macarena.
La pluma tiende a la cursilería cuando intentas escribir las sensaciones que este elixir deja en tu gaznate, ya saben, “mujer desmelenada al viento”, “salitre que corre por las venas” o “cien cañones por banda, viento en popa a toda vela”.
Pues el trago se sale del mapa porque el vino lo pasan directamente de la bota a la botella cuatro veces al año y el resultado es de un inmenso e inolvidable color oro. Lo flipas y ya está, eso es todo.
www.barbadillo.com
precio: 14 euros