Esta propiedad está situada en Saint Etienne de Lisse, bajo la salvaguarda de la denominación Saint Emilion Grand Cru, que para pronunciarse bien debe cerrarse la boca y poner morritos como si estuviéramos haciendo carantoñas a un niño bizco.
Nada mejor para saber de vino que descorchar botellas y bien cierto es que este vinazo es como un disco de Chet Baker y nada hay que saber de música para estremecerse, ¡yo es que si no entiendo no me gusta!, ¿y qué coño quieres entender tú, alma de cántaro? ¡Bebe mostrenco!, y póstrate ante su elegancia y esa complejidad aromática de agárrate que viene un inspector de hacienda.
Encima es una bodega familiar que lleva ocho generaciones aguantando el tipo, así que bravo por Régis Lavau, que lidera hoy el asunto y tendrá canas en los huevos de aguantar a sus cuñados.
Precio aprox.: 25 euros
www.chateaubernateau.com