Kaia Kaipe

kaia_1

O de que Getaria se sale del mapa.

Un restorán fetén con sala y cocina brillando al mismo nivel.

Hay placeres que uno no puede perderse en la vida aunque sea una vez, y si me dieran garrote vil como última voluntad desearía que me llevaran raudo y veloz a alguno de los mejores asadores de Getaria, porque es llegar a sus estrechas callejuelas, guiarse por el delicioso humo que desprenden los pescados sobre las parrillas de brasa de carbón y saber que el cielo, si es que existe el muy cabrito, se parecerá a ese perfume celestial sí o sí, como hay un dios.

El Kaia Kaipe desprende hoy una luminosidad de relumbrón, nivelazo a todas luces, y es uno de los mejores lugares donde recalar en la villa costera sin género de duda. Comenzó siendo un tasco de cazuelas, antigua lonja alquilada por Ignacio Larrañaga y su mujer María Arruti en la que se despachaban banderillas, besugos y merluzas elaboradas en salsa, luciendo hoy unas instalaciones, una terraza y unas parrillas que son purita dinamita de la buena.

kaia_4El espíritu de superación de la familia nunca tuvo techo pero también es cierto que ha llovido lo suyo. A Ignacio y María en 1968 se le unieron al negocio los tres hijos del matrimonio, Pilar, Juan Mari y María Rosa, de modo que en 1972 abrió sus puertas el Kaipe, en los mismos bajos del edificio, ampliándose el comedor habitual con una parrilla a pie de calle y la citada terraza de deslumbrante panorámica. Los hermanos echaron toda la leña en el asador hasta que María Rosa y su marido Andoni Arregui, unos años después, tomaron ya en solitario las riendas de todo el tinglado. Desde entonces se realizaron innumerables reformas para mejorar el servicio y la atención al cliente, asunto en el que se ha ganado mil enteros en los últimos tiempos sobre todo por el empeño de Igor, el primogénito de la familia y sheriff parrillero, que sabe que un restaurante fetén tiene que tener la sala y la cocina brillando al mismo nivel.

La misma leyenda sigue exhibiéndose como norma de la casa en el blasón de la familia: “Un rodaballo mal asado, es un rodaballo que ha muerto en vano”, así de clarito, y bien lo saben los Arregui, padres e hijos, que atienden desde hace más de cincuenta años el lugar con esa profesionalidad sin tacha, más felices hoy que nunca en ese Kaia Kaipe que goza en la actualidad de unas instalaciones de aúpa, una cocina espaciosa a más no poder, fantásticos viveros conectados al agua de mar más pura y cristalina y una bodega brutal que atesora una colección de casi cincuenta mil referencias de las mejores regiones vinícolas de mundo, con una colección de champagnes que es el delirio, ¡qué nivel Maribel!

kaia_3

Les quede el tiempo que les quede, vivan felices o atormentados, no olviden que cuando menos se lo esperen, les atropellará el autobús, así que olviden todo por unas horas y ahoguen sus dichas o penas en salpicón de bogavante, chipirones a la plancha, kokotxas de merluza y colas de cigalas rebozadas, que son el mejor remedio que conocemos contra el ostracismo vital.

¿Tienen ritmo marisquero? Pues pequen sin remilgo con camarones, centollas gallegas, almejas crudas a la plancha, percebes o una señora langosta que es demasié para el cuerpo.

kaia_2

En el grueso del festín no puede faltar su majestad el rodaballo a la parrilla, asado de bandera con su buen barniz de ajilimójili reventón, aunque se salen cualquiera de las majestuosas piezas que ponen sobre las brasas incandescentes: salmonetes, besugos, lenguados, cogotes, meros… ¡puro despelote marinero!

Ya puestos pidan flan, helado de queso, crema de vainilla o unas buenas natillas, no hay faena sin remate, que se lo digan a Manolete, y en una casa que acoge tanto gozo deberían incluir también café cortado, cigarro habano y cubalibre de ron, ¡así es el rock and roll!

Salgan en marcha solemne como verónicas, sin dar tumbos, hagan el favor, y al grito de ¡gora Getaria!, rematen la faena en la terraza vecina del “Amona María”, sentados a la fresca, mirando al mar. Lo dicho, al menos una vez en la vida dense el gustazo de disfrutar de una casa que revienta de luz y se sale del mapa.

Kaia-Kaipe
General Arnao, 4
Getaria-Gipuzkoa
Tel.: 943 140 500
www.kaia-kaipe.com
info@kaia-kaipe.com

COCINA Sport elegante
AMBIENTE Modernito
¿CON QUIÉN? Con amigos / En pareja / En familia / Negocios
PRECIO 80 €

5 comentarios en “Kaia Kaipe

  1. Asier

    Mi mujer me invitó a cenar aquí como regalo para mi cumpleaños hace año y medio. Era agosto y una noche de mucho calor. En la calle había muchos mosquitos y en el restaurante tenían las ventanas abiertas. Estuvimos con un calor insoportable durante toda la cena y lo que es peor quitando mosquitos de la comida. Toda la sala estaba quejándose al servicio y nadie hizo nada, sólo nos ponían excusas tontas. Fueron incapaces de cerrar las ventanas y poner el aire. Al final de la cena, al pagar, reiteramos nuestro malestar y sólo recibimos caras de circunstancias con encogimiento de hombros y frases como «no es culpa nuestra». Soy una persona muy comprensiva, y puedo entender que haya fallos de todo tipo, pero el pasotismo de esta gente fue monumental. Lo siento mucho pero este restaurante tiene una X muy grande para mi y mi familia y amigos.

  2. Víctor Recio

    Todo lo q dice el artículo es cierto. Sitio y cocina magníficos, y los propietarios, muy grandes

  3. Luiggi

    Fuimos mi mujer y yo a celebrar el aniversario de boda con gran ilusión y nos llevamos un chasco monumental. El servicio y la atención que nos brindaron no diferían lo más mínimo del que puede disfrutarse en cualquier bar de menú del día mediocre; por supuesto la factura nos recordaba que este no es un sitio de menús. Kaia está a años lúz de lo que esperábamos encontrar en lo que a calidad en todos los sentidos se refiere. Todos los años íbamos a Elkano a gozar y por cambiar y probar otro sitio nos llevamos un tortazo morrocotudo. En Elkano nada más entrar te hacen sentir en tu casa, tanto el difunto Pedro (q.e.p.d.) como su hijo brindan un trato cercano, familiar y exquisito con naturalidad; pueden darle unas 14850 vueltas al Kaia. Ganan por goleada tanto en la calidad de los platos como sobre todo por la atención y mimo al cliente. En Kaia una mujer nos «tiraba» los platos en la mesa y se iba sin más, con el gesto incluso tirando a arisco. Era un sábado y había cola para entrar, pero aún así no es excusa para no ofrecer calidad total. Si no pueden garantizar un mínimo de nivel, deberían evitar admitir tanta gente. Lo siento David, igual tú has ido en días laborales cuando hay menos gente y además son coleguillas, pero para nada estoy de acuerdo con las flores que les echas.

  4. David

    Yo he estado y salí encantado con el trato y con la comida, repetiré seguro..

  5. Miguel Pons

    Estuvimos el pasado dia 1 de mayo con la familia como siempre el trato fue excelente y la comida de buena calidad
    repito cada año dos veces

Deja un comentario