Londón 2012

Archivado en: Alíñame el día

O de la crónica aristócrata de una ciudad que jamás duerme.

Para que nos hagamos una idea, hablamos de una ciudad enorme y prácticamente inabarcable que supera los 1.500 kilómetros cuadrados de superficie (vamos, cinco veces más que el Gran Bilbao) y hogar de más de ocho millones de almas.
Por eso es tan difícil reunir las recomendaciones del día en una zona manejable, así que haremos lo posible para que el personal no tenga que desplazarse demasiado, algo que puede suponer toda una aventura en la intrincada red de transporte público de la capital británica.

Para darse un buen desayuno olímpico, conviene primero de todo meterse pa’l cuerpo una buena dosis de cafeína, y a ser posible, evitar las omnipresentes cadenas de cafeterías que, aunque dan un café aceptable en algunos casos, no es que ofrezcan demasiados alicientes. Al Juan Valdez que hay en mí le encantan los chutes cafeínicos de Flat White, un local minúsculo donde sirven un café excepcional en pleno Soho. Si estamos más cerca de Covent Garden, la opción es Monmouth.

Vale, pero ¿qué hay para mojar en el café? Si tienen la insulina dando botes porque se han dedicado a repetir una y otra vez los cien metros lisos compitiendo con Usain Bolt, les recomendaría una Ben’s Cookie. Y ustedes dirán: ¿en serio? ¿una galleta? Y pensarán que les tomo el pelo… Pero no. Aunque últimamente las sucursales han proliferado como champiñones desde la primera tienda, abierta en Oxford hace treinta años, las galletas siguen sorprendiendo a propios y a extraños porque están, sencillamente, cojonudas.

Y si, aun siendo época de juegos olímpicos, ustedes se decantan por los museos, que sepan que en algunos se puede zampar con bastante dignidad. Es más, bien merece la pena hacer parada (y fonda) en estos lugares y meterse entre pecho y espalda una carrot cake (tarta de zanahoria) con un té, muy inglés, claro. Para que conste, el té realmente sabe diferente en Londres. Cuenta la leyenda, y los expertos, que se debe a la calidad –dudosa—del agua, ideal para elaborar la infusión.
Volviendo al tema museístico: mis favoritos son los abrevaderos de la Tate Modern, porque tiene unas vistas impresionantes a la City; el de la Royal Academy of Arts, porque tiene un ambiente increíble con frescos prerrafaelitas; y la National Portrait Gallery (poca broma, un museo que sólo contiene retratos y que les dejará con la boca abierta).

¿Qué? ¿Aún queda hambre? No me extraña, porque con lo que se patea en esta ciudad, las calorías se van echando leches.

Si llegados a este punto, se apodera de ustedes una morriña insoportable y echan de menos la cocina de mamá, deben acercarse a Ibérica Food&Culture, con un par de sucursales en la capital de la Pérfida Albión. La cocina está dirigida por Nacho Manzano, de Casa Marcial, y las croquetas les transportarán un rato de vuelta a la piel de Toro.

Pueden, no obstante, renegar de la tortilla de patata temporalmente y optar por el muy británico “fish and chips” (a mí me encanta). El mejor que yo he probado (no quiere decir que no los haya mejores por ahí) está en The North Sea Fish Bar, y lo bueno es que puede uno sentarse en plan restaurante (a un precio bastante apañadico), con su mantel y tal o bien optar por el “teicagüiei” y ponerse los dedos tibios de grasilla mientras lo degusta bajo el sol (rara avis) en el barrio de Bloomsbury, donde fijaron su residencia literatos, poetas y artistas.

Y si quieren ustedes ser el novamás y fundirse con el paisaje urbanita, entonces han de ir a Rules, en pleno Covent Garden. Presume de ser el más antiguo de Londres (desde 1798) y aquí es donde uno termina de convencerse de que sí que hay una cocina “inglesa”, y buena. Aunque no falta ninguno de los platos tradicionales británicos, es la caza lo que destaca de forma clara en la carta de este lugar.

¿Qué? ¿Se animan a ponerse el traje de tweed? No teman, que ya les dejo tranquilos… Pero antes, no me resisto a recomendarles que no se vayan de la ciudad sin tomar un té… Pero el té “full equipe”, con todos los extras.

Hay decenas de opciones, para todos los gustos y para todos los bolsillos. La mecánica es fácil: uno se sienta en el salón elegido y, con toda la tranquilidad del mundo, disfruta de unos minisándwiches salados, unos “scones” –especie de bollo de mantequilla– templados sobre los que untar toneladas de clotted cream y mermelada de fresa, y unos deliciosos pastelitos. Hay té a discreción (las cartas suelen ser muy interesantes y traer muchas variedades extrañas, poco conocidas o incluso elaborados especialmente para cada salón), y la conversación se alargará durante horas, para arreglar el mundo o acordarse de las familias de los políticos que nos hacen la vida tan difícil en estos tiempos.

Hay todo tipo de opciones para hacer el “afternoon tea” –ojo, no tiene por qué ser a las cinco– y lo normal es acudir a alguno de los hoteles con más solera. Se puede elegir desde los más suntuosos como el Ritz o el Savoy, intentar tentar a la suerte y si sale el sol (creo que ya dije lo de rara avis) disfrutar de la terraza del Four Seasons Park Lane, o reservar una mesa en el gran salón del Waldorf, con un servicio impecable.

Eso sí, hagan lo que hagan, disfruten de la ciudad (para ello es imprescindible traer paraguas), gocen con los paseos por la orilla sur del Támesis y no se pierdan alguno de los Proms, que traen a los mejores músicos del planeta hasta septiembre.

¡Y que les aproveche!

Si quieren saber más
Para desayunar
http://www.flatwhitecafe.com
http://www.monmouthcoffee.co.uk
http://www.benscookies.com

Para alegrarse la vista
http://www.tate.org.uk/visit/tate-modern
http://www.npg.org.uk
http://www.royalacademy.org.uk

Para zampar
http://www.northseafishrestaurant.co.uk
http://www.ibericalondon.co.uk
http://www.rules.co.uk

Afternoon Tea
http://www.theritzlondon.com/tea
http://www.savoy-experiences.com/thesavoy/afternoontea
http://www.fourseasons.com/london/dining/lounges/amaranto_lounge/afternoon_tea
http://www.hilton.co.uk/waldorf

3 comentarios en “Londón 2012

  1. Ramón Lorenzo Lafuente

    Excelente post! El Rules es una auténtica experiencia British. Y en cuanto a lo dudoso de la calidad del agua estoy de acuerdo, igual es ese extraño residuo seco que te encuentras en todo hervidor de agua que se precie en la ciudad el que le da el toque final al té, hehehe

  2. Jon

    Muy bueno el North Sea Fish Restaurant, todo de muy buena calidad. Gracias por el apunte David. También estuve en el restaurante Ottolenghi de Islington y me pareció una maravilla. Ya me gustaría que hicieras una reseña de este restaurante. Tengo su libro de recetas y es alucinante.
    Agur

Deja un comentario