Punto y Coma | David de Jorge

O de un restaurantea donde se va a comer, a beber, a disfrutar y a pringarse.

José A. del Soto trabaja duro, ofrece buena comida y complicidad con el cliente.

José A. del Soto es propietario del local que hoy nos ocupa y desde hace unos pocos años, regenta además otra joyita llamada “Faro Vidio”, local en el que pretende recuperar el ambiente cálido de los tascos de otros tiempos. Este empresario hostelero es un casta que hizo de todo en la vida, y lo que te rondaré morena, pues nunca tuvo miedo a levantarse los bajos del pantalón y hacerlos dobladillo o arremangarse la camisa para currelar de ebanista en Francia, de pintor en Villaviciosa o de albañil junto a su padre, siendo chaval.

Si se lo cruzan por la calle pensarán que es el cuñado de Domenico Modugno, con esa media melena desordenada y apretada contra la nuca, sus voluptuosos y floridos fulares de seda estampados y el pico de sus pañuelos, que cambia según humor, asomados por los bolsillos de exquisitas chaquetas de lana de cachemira; al primer apretón de manos, firme y decidido, le sigue siempre una sonrisa franca que desnuda su carácter bonachón y desprendido, tan feliz después de haber recibido hace bien pocos días el reconocimiento de la ciudad de Oviedo y de sus colegas de profesión, que lo distinguieron con un importante galardón a su profesionalidad.

Su Punto y Coma es un restorán muy coqueto situado en una de las mejores zonas peatonales de Oviedo, en las cercanías de la Plaza del Fontán, rincón emblemático y castizo, en plena encrucijada de caminos que unen el ayuntamiento con los edificios de la Presidencia del Principado y del Parlamento, atrayendo de tal forma a una variopinta clientela que José mima como si le fuera la vida en ella, mezclándose así viajantes con jóvenes parejas, gentes del barrio y ejecutivos de corbata que le dan al ambiente un carácter cosmopolita y multicolor.

La poderosa energía del Cantábrico y el majestuoso macizo de los Picos de Europa comprimen de tal forma al territorio, que éste ha ido arrugándose y plegándose a lo largo de milenios en una Asturias que se convirtió en el país de los verdes valles, de tal forma que cada uno de estos valles es toda Asturias y Asturias es la suma de estos valles; la cocina del lugar combina los productos del mar, pescados, mariscos y crustáceos, con la mejor tradición de la montaña y de sus prados atiborrados de pastos, maíz, vacas, leche y quesucos: todas las propuestas pueden zamparse en tapa o sobre mantel, sin concesión alguna a las tonterías tan de moda en algunas barras de mírame y no me toques, aquí se viene a comer, a beber, a disfrutar y a pringarse.

Prueba de ello es la cortadora Berkel con la que uno tropieza nada más franquear la puerta y que advierte de las intenciones de la casa, pues el jamón, las paletas y el embutido se lonchean con frenesí, sin orden ni concierto, platos, bocatas, fuentes o raciones cubren el pan refregado con ajo, tomate y aceite de oliva virgen extra; el carpaccio de solomillo con virutas de manchego, la merluza a la romana o los fritos de pixín son otra alternativa de abrebocas.

El arroz con bogavante o el que guisan con pitu de caleya están de muerte recién hechos; la fabada asturiana esconde un compango brutal, chorizo, morcilla ahumada, tocino y lacón desalado y guisado junto a fabes, cebollas, agua, aceite de oliva y azafrán no más; el rabo de toro con patatines es reputado por sus hebras tiernas que se deshacen como mermelada de naranjas, tanto o más que los escalopines de ternera al cabrales o la merluza a la cazuela, especialidad de las cocineras.

Ofrecen un menú del día que por diez euros incluye un guiso de cuchara, lubina en salsa de oricios o albóndigas y unas natillas hechas por Pepi, la hermana del patrón, que se currela el pedazo de bizcocho que acompaña los casi mil cafés que despachan diariamente a sus clientes; ¡ah!, no dejen de probar los frixuelos, el requesón con nueces y miel o la tarta selva negra.

Punto y Coma
Calle Suárez de la Riva 5
Oviedo
Tel.: 985 202 025
www.restaurantepuntoycoma.com