O del pan nuestro de cada día, dánosle hoy y perdona nuestras ofensas.
Antaño, una afirmación aparentemente irrelevante llegó a convertirse en una sentencia terrorífica:
-¡Cariño, voy al estanco de la esquina a por tabaco!
Y luego, llegaron el divorcio express, la ley anti-humos y otras mandangas, y la necesidad de bajar a por tabaco se redujo drásticamente.
Desde entonces, otra frase se está convirtiendo en el terror de los matrimonios (aunque los abogados se frotan las manos)…
-¡Cariño, voy a la gasolinera a por el pan!
-¡Noooooo! ¡Por nada del mundo! ¡Quédate con la vajilla que nos regaló tu madre! Pero ese pan te lo comes tú.
Y es que en el pan que nos obligan a comer falta precisamente el ingrediente principal: un poco de amor.
Panes precocidos, precocinados, preguisados, ultracongelados, semicocidos, prehorneados, mediorefrigerados… ¡Por los clavos de Cristo! ¡Es una condena!
Se hace cada vez más difícil encontrar una buena tahona, como las de antes. Con ese olor inconfundible, cálido y delicioso de la masa creciendo en el horno.
Es casi imposible encontrar pan de superficie dorada, de blanco prístino en el interior, esponjoso, sabroso… Ese pan del que se presumía en algunas grandes ciudades.
¿Y qué nos dan a cambio? Quién sabe… Pura química. Puaj.
Esa presunta “barra de pan” que cuando llega a casa desde la ¿panadería? ya está más dura que el granito de mi pueblo… Que los días de lluvia necesita un poquito de viagra y que los días de calor necesita bastantes preliminares de lo secorra que está. Que acaba de ser contemplada en el nuevo código penal como arma mortífera arrojadiza.
Lo siento. Me gusta complicarme.
Me gusta que el pan sepa a pan, que la harina de las hogazas embadurne el talego en el que las transporto, que deje el asiento del coche perdido –porque tengo que ir en coche a por un buen pan, o en metro)– que huela mejor que el mejor perfume…
Me gusta apoyar la mediana en la pechera y empezar a sacar rebanadas a cuchillo, dejando el suelo perdido de migas ante la mirada asesina de mi madre.
Me gusta pasar por la panadería del pueblo (de Paula y Tito) y que el aroma que desprende mueva mis jugos gástricos y que me entren unas ganas locas de volver a desayunar a las siete de la tarde. (Pero el pueblo lo visito de uvas a peras, una pena).
Me gusta que el pan tenga cariño. Y no lo encuentro.
En mi sueños de “apanarrao” aparecen todavía algunos auténticos Panaderos –sí, sí, con mayúscula– valientes y otros animaos que desde distintos puestos intentan que renazca ese viejo amor por el pan (nuestro de cada día). ¡Gracias, Iban Yarza!
Ese es el otro ingrediente: la valentía.
La valentía de aguantar noches cortas y años largos, de vivir una única estación en el año: el calor. De ojeras y desvelos. De viajes en busca de la masa imposible, del pan bendito… De la fórmula que seguirá haciéndonos irreductibles.
¡No nos abandonen! Sigan poniendo en su pan Amor y Valentía.
Nota al pie:
Desafortunadamente, en Madrid casi han desaparecido las tahonas y hasta es difícil encontrar una asociación exclusiva de panaderías. Entre los pocos que venden buen pan están Le Pain Quotidien (¿por qué nos invaden las franquicias?) y Cosmen & Keiless –en tiendas como las de antes, fabulosas–. En Barcelona, por el contrario, existe un gremio de panaderos que distingue a aquellos profesionales que elaboran sus productos de forma artesanal. Paseando por el barrio de Gracia y atraído por el olor irresistible de la panadería Turris surgió la inspiración de este “cabreo de 95 octanos”. En Vitoria se encuentra otro oasis en Artepan.
Y para encontrar (aún) más insipiración: www.lamemoriadelpan.com, www.tequedasacenar.com.
¿Cuándo llegará el día en que el aroma del pan recién hecho salga de nuestros ordenadores?
Crédito fotográfico by zigiella & Alfonso Silóniz
Daniel, en Madrid ni siquiera LePainQuotidien ni Cosmen&Keiless (que también es franquiciado, aunque eso no influye en la calidad del pan) venden buen pan. Lo venden caro, eso sí, ahondando en la triste tendencia madrileña, falta de gusto, de memoria y de inquietud. Los madrileños se tragan lo que les echen, y si es caro, con más alegría. En ese ‘hueco de mercado’ se están instalando las neopanaderías que han detectado que el pan está de moda pero que siguen ofreciendo un pan de bajísima calidad. Una vergüenza. Mejor dicho: UNA VERGÜENZA.
Espero que esto, de una forma u otra, cambie y, en algún momento, se ofrezca buen pan de verdad.
Por cierto, el pan de superficie dorada e interior esponjoso y blanco prístino es el que se ofrece en la mayoría de los sitios, cargado de mejorantes para conseguir esa textura que el consumidor demanda: ‘crujiente y esponjoso, por favor’. Lo del sabor ha pasado de largo y la gente se contenta con que haya unas cuantas pipas por encima, o unas nueces dentro.
Esta defensa del buen pan me ha parecido descafeinada y confusa: ¿¿¿que la harina de las hogazas te ensucie el coche??? Muchas panaderías echan harina por encima a sus panes para darles la apariencia de ‘rústico’. Y hay panes precocidos y ultracongelados de altísima calidad, eso no es un problema siempre que el pan está hecho con buenos ingredientes, procesos adecuados y, sí, mucho amor.
Totalmente de acuerdo en todo. El pan es una mierda, pero es lo que la gente demanda y consume. Ante eso hay poco que hacer. Yo lo que hago es no comprar pan, que no sea PAN, por supuesto en una gasolinera ni se me ocurre.
estupendo Dani ! amasemos el pan de cada día en casa !!! es un acto de entrega y de amor …
Que recuerdo tan precioso! Llegaba a mi casa después de una mañanita en el colegio y madre me decía, Carlos tienes que ir por el pan, estupendo iba a casa Paco el panadero, me conocía desde que nací , allí disfrutaba de los aromas de la panadería y por supuesto del magnifico pan que comíamos todos los días, me iba con la bolsa cargada con una hogaza , dos barras y dos panecillos para el sagrado bocadillo. Un día Paco se jubilo, y ahí comenzó el peregrinaje por panaderías de pan gomoso, llego la modernidad de las panificadoras que arruinaron a los artesanos del pan, una jodienda.
Hace poco me compre el libro de Dan Lepard » hecho a mano» traducio por Iban Yarza que os lo recomiendo vivamente para por lo menos intentar disfrutar leyendolo y pasartelo jamón Serrano haciendo pan
VIVA EL PAN
Entonces, Javier… Estamos de acuerdo, ¿no?
Cito: «hecho con buenos ingredientes, procesos adecuados y, sí, mucho amor»…
¡Salud y buen pan pa untar!
Es difícil encontrar buen pan, aunque sea en panaderías. La que tengo debajo de casa hace lo mismo que las gasolineras, pan congelado!!! y para la noche ya es una goma chiclosa que dad asco metersela a la boca!!
El Jordi Rogés que suele postear por estos lares me pico para empezar a hacer pan en casa y aunque aun no me he animado veo muy cercano el dia en que lo haga.
Pan, pan, pan, patapan!
Sí, Dani, estamos de acuerdo en eso: falta amor en el pan; y no sólo amor; y sobran mejorantes y semillitas por encima. En el resto de tu entrada, sin embargo, no: esas panaderías de Madrid que citas no son fabulosas ni de lejos. Encarecen y disimulan y… engañan.
Con el resto de los comentarios estoy también de acuerdo, excepto en que hay poco que hacer frente a lo que la gente demanda y consume: falta educación, información y honestidad.
También estamos de acuerdo, Javier. Puede que no sean fabulosas, ni mucho menos. Pero como todo es relativo (que diría Alfred), si las comparo con la veintena fácil de «presuntos hornos» que tengo a menos de quince minutos andando de mi casa, te prometo que es un pan tirando a muy bueno.
También coincido en que sí que se puede hacer mucho por reclamar un buen pan, educar a todo el personal y pedir honestidad a panaderos y consumidores.
¡Salud!
Uf, LPQ y CK usan los mismos ‘presuntos hornos’, pero con el triple de precio de venta. Prometido.
De todas formas, aunque el tono sea un poco light, hacen falta más entradas como ésta.
Un saludo.
Estoy oliendo el buen pan… ese que hacía mi abuela en el horno de casa… pero horno de los de verdad, de leña y bien metidito en la pared :)
Ultimamente me ha dado por hacer pan en casa, compro la harina y la levadura fresca en una tienda de Sants (Barcelona), y me queda buenisimo, hago medio kilo, pero el ritmo de vida que llevamos, (somos 4 en casa),hace que no nos lo acabemos en una semana por lo que estoy empezando a acumular pan duro, como antanyo, suerte que viene la epoca de hacer un buen salmorejo.
Pues aquí en San Sebastián hay una panadería que hace buen pan. Galparsoro en la Calle mayor. Tienen panes de muchas clases y también bollería hecha con mantequilla. Es todo un poco caro, pero merece la pena.
Galpasoro es la mejor de Donosti. También en Arakistain, calle Easo, hacen buen Pan.
He tenido la suerte,por ser mayor, de haber asistido y comido el pan que cuando niño hacian en el campo de mi pueblo, AguilaS(Murcia).Lo cocian en un horno arabe de leña,que era muy usual en las fincas y casas de labradores.Era un pan de corteza algo oscura y gruesa,de miga compacta, que olia a trigo recien molido y a levadura y cuyo aroma inundaba la casa igual que las sabanas recien lavadas.Por fuera untado con harina y se guardaba en sacos de arpillera para toda la semana. ¡Que tostadas con aceite o manteca!En el campo de Lorca todavia los hacen.
Hay que protestar….no nos comformemos….
pidamos BUEN PAN……gritemossss….
Pero podemos empezar a reeducar el paladar y
divertirnos haciendo nosotros el pan
Aqui teneis una super receta muy muy facil que
flipareis y mandareis al pedo al pan cutre
http://www.salseandoenlacocina.com/2009/11/pan-artesano-y-totalmente-casero-para.html
http://www.elforodelpan.com/
http://www.bonsfocs.com/
http://www.lacocinadebabette.com/tienda/
David trajo a Yvan llarza al programa y nos hemos diparado mucha gente haciendo «BUEN PAN»
«VIVA LOS PANARROS»…………
JAMBRINA….»YA»…..